Incluye todas las técnicas de tratamiento no invasivas. Dentro de este grupo encontraremos el empleo de toxina botulínica y de férulas (ambas generalmente prescritas por los médicos especialistas) así como las distintas terapias englobadas dentro del Tratamiento Rehabilitador.
En los casos en los que sea necesario un tratamiento quirúrgico el tratamiento conservador seguirá siendo de vital importancia en las fases pre y postoperatorias.
- Toxina Botulínica Se limita su uso a los casos en los que existe una co-contración de determinados músculos por una reinervación (espontánea o postquirúrgica anómala). El fenómeno de co-contracción (es decir que se contraigan a la vez un grupo muscular y sus antagonistas) puede limitar la función del brazo y provocar alteraciones articulares. Se produce más a menudo entre bíceps/tríceps, rotadores externos/ rotadores internos del hombro y deltoides/pectoral mayor. La técnica consiste en infiltrar toxina botulínica en el grupo muscular que esté más fuerte para debilitarlo temporalmente y aprovechar esa oportunidad para trabajar al máximo con la musculatura débil mediante ejercicios. Su efecto es temporal (suele durar de tres a seis meses). En general se aplica en niños de alrededor de un año de edad. Para infiltrar en músculos profundos (como el subescapular) es necesaria una pequeña sedación del paciente. Tras la infiltración los primeros efectos tardan una media de diez días en ser observados. (Estos plazos son orientativos).
- Férulas Actualmente el empleo de férulas u órtesis se reserva principalmente para corregir limitaciones en la extensión del codo (uso nocturno). También son frecuentes las que tratan de mejorar las alteraciones en la supinación del antebrazo (o en la pronación) , la flexión de la muñeca o la posición de los dedos. Importante: – El uso de una férulas siempre tendrá que ser pautado por un especialista de la PBO – No se usan en recién nacidos o niños de pocas semanas. – Se suelen usar durante tiempos cortos o por la noche (todas las noches o algunas noches por semana) pero en ningún caso todo el día (no se trata de una escayola). La mayoría de las ortopedias especializadas son competentes para fabricar férulas de PBO. Generalmente se realizan a medida para cada niño en material termo-conformado (ligero y fácil de limpiar) y se suelen cerrar con cintas “velcro”.Para no dañar el brazo del niño, se pone un tipo de “calcetín” en el brazo por debajo de la férula. A veces se puede producir un roce en el codo que deberemos vigilar. Es importante hidratar bien la piel. Debido al crecimiento rápido de los bebés, es probable que tenga que hacer nuevas férulas regularmente, para que se ajusten correctamente al brazo. Aquí tenéis algunos ejemplos:
Notas / recomendaciones de padres:Las férulas de hombro (muy utilizadas hace algunas décadas) están totalmente contraindicadas por la cantidad de deformidades articulares y problemas asociados que provocaban.
- Es aconsejable masajear y relajar los músculos del brazo antes de poner la férula por la noche.
- El uso de la férula no es traumatizante para el niño; si se usa desde una edad temprana y sin darle demasiada importancia, el niño se acostumbrará rápidamente. Sin embargo, puede que intente “bajarse” la férula durante la noche, lo que hace que su uso sea inútil. Para evitar eso, se puede usar una muñequera de tipo tenis en la muñeca, para bloquear el descenso de la férula.
- Es ciertos casos, puede ocurrir que el niño “haga fuerza” contra la férula de forma inconsciente durante el sueño. Es importante estar atentos porque en estos casos, el uso de la férula puede ser contraproducente.
- Por ello, es fundamental seguir la evolución del tono muscular con o sin férula junto con el fisioterapeuta para definir las pautas de uso más propicias a cada niño y a cada momento.